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El Impenetrable: donde la naturaleza transforma vidas y alimenta sueños

Zulma Argañaraz es vecina del Paraje La Armonía, Chaco, y lleva una vida en el monte. Desde que el Parque Nacional El Impenetrable abrió sus puertas, los esfuerzos mancomunados por estructurar una economía sustentable para la comunidad transformaron su vida y la de muchos de sus vecinos.

  

Despertarse en los alrededores de El Impenetrable es despertar, cada amanecer, con el sol. Y hasta hace algunos años significaba pensar en recoger agua como el primer pensamiento del día. Para Zulma Argañaraz, una madre de ocho hijos que vive en La Armonía, un pequeño paraje formado por el espeso bosque que da nombre al Parque, traer agua fue la primera de una larga lista de tareas diarias. Pero su agenda y necesidades comenzaron a cambiar cuando El Impenetrable, ubicado en la norteña provincia del Chaco, a doce horas de Buenos Aires, inauguró sus 128.000 hectáreas en 2014.

“Antes del Parque los trabajos eran escasos y muchos pobladores tenían que mudarse a otros lugares. Al principio, la gente estaba preocupada por la cantidad de extraños que venían aquí, porque no sabían por qué venían. Pero luego recibimos personas que nos ayudaron a integrar nuestra vida al Parque», dice Argañaraz.

 

Zulma nunca pensó que podría usar su herencia cultural para ganarse la vida hasta que los primeros visitantes del Parque llegaron a su casa. »La mayoría de nosotros nunca habíamos visto a un turista ni sabíamos lo que podíamos ofrecer, hasta que escuchamos lo que el turismo podía hacer por nuestra comunidad», asegura.

 

Con el apoyo de las ONG que impulsaron la creación del Parque, Argañaraz inauguró el Comedor Campo Alegre, un gran puesto de comida con pérgolas y mesas ubicado cerca de la entrada Oeste del Parque.

 

“Me siento feliz por lo que he aprendido y orgullosa de cocinar con nuestros ingredientes de monte”afirma Argañaraz.

Sus ingredientes de cabecera son la harina de algarroba y frutas como el chañar o el mistol. Con ellos elabora tortas de miel y postres. Las empanadas de charqui —receta a base de carne seca salada— y los guisos de res son las principales opciones en su menú.

 

Todo ese cambio  también trajo una renovación para su días y horarios. Mientras sus hijos duermen, ella desayuna mirando hacia el monte y planificando: porque cocinar es sólo una de sus actividades —también trabaja como Referente local de Comunidades para el núcleo Armonía para Rewilding Argentina, una de las ONG que impulsó la creación del Parque. Además, realiza un seguimiento periódico de los proyectos turísticos o artesanales que varios vecinos desarrollan con el acompañamiento de la fundación.

Así como Argañaraz inauguró Campo Alegre, la existencia del Parque abrió un nuevo panorama a los parajes cercanos. Algunos de sus vecinos ahora guían excursiones en kayak, otros guían avistaje de fauna por los complicados caminos del bosque o trabajan en el glamping recientemente inaugurado en el corazón del Impenetrable.

 

Entre ellos está Pablo César (28), quien ha convertido una vida de experiencia entre matorrales y pantanos en una profesión: ahora es guía de kayak, “Puedo trabajar y compartir mis conocimientos de flora y fauna con los visitantes por primera vez. Esta oportunidad ha hecho que todo sea diferente para mí, ya que puedo crecer económicamente sin tener que irme del lugar donde nací, crecí y quiero seguir viviendo. Además, se ve que toda la comunidad está unida, incluso tenemos una asociación formal para darle un marco legal a nuestros proyectos”

 

César y muchos otros han sido capacitados por personal de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y Parques Nacionales. El investigador de la UNNE Luis Ariel Pellegrino estudia este bioma desde hace casi dos décadas y participó de la capacitación. “Los jóvenes de las comunidades asisten a los talleres y son capacitados por los cuidadores. Siempre muestran entusiasmo porque toman esto como una capacitación para su futuro laboral”, dice.

 

Paralelamente, ONG como Rewilding Argentina también juegan un papel importante en el desarrollo de los parajes. Constanza Mozzoni, Responsable Local de Comunidades de la fundación, ya lleva dos años entre familias locales, “Buscamos que sean los pobladores quienes brinden servicios de gastronomía, caminatas, kayak y avistamiento de vida silvestre, entre otros. Nuestro objetivo es que todos ellos se beneficien de la naturaleza y se conviertan en los primeros Guardianes de la Vida Silvestre a través de los servicios que ofrecen”

 

El plan llega justo a tiempo para El Impenetrable nuevas generaciones. La hija mayor de Zulma Argañaraz, Gloria Villada (18), quien ayuda a su mamá con las comidas, dice: “Antes la mejor opción para nosotros era irnos después de terminar la primaria, como lo hicieron algunos de mis primos y amigos. Después de estos años, he visto como mejoró nuestra economía y me da gusto quedarme y ofrecer lo que más me gusta de este lugar, como artesanías en madera o empanadas de charqui”.

Para Zulma Argañaraz, esto significa que, después de muchos años, el futuro es otro ingrediente que el monte ha traído a su cocina:

“El nuestro siempre ha sido un lugar hermoso, donde podíamos disfrutar de una naturaleza maravillosa y de un cielo enorme lleno de estrellas. También puedo decir que nuestros jóvenes tienen horizontes más amplios».