Veda Palavecino se crió rodeada de exuberante monte chaqueño y su infinita diversidad de flora y fauna. Oriunda del paraje Nueva Población (en la región del Parque Nacional El Impenetrable, Chaco), creció viendo a su madre y hermana mayor aprovechar la lana de las ovejas que ellos mismos criaban para realizar peleros (pequeñas monturas para andar a caballo), alforjas y hasta mantas para taparse en las frías noches de invierno. Luego, de grande, con su esposo Rubén que se dedica a la cría de vacas, chivos, ovejas y chanchos, se mudaron al paraje Las Cañadas.
Tejer en bastidor y telar criollo es un saber no olvidado pero latente, ya que con el pasar de los años su uso se fue perdiendo y reemplazado por productos industriales importados de otras regiones, atentando con la cultura de las mujeres campesinas de El Impenetrable. Sin embargo, Veda nunca olvidó cómo usar el huso para transformar la lana en hilo, y cómo urdir en el bastidor para comenzar a tejer nuevamente. Motivada por el programa de Emprendedores por Naturaleza que llegó un día a su casa con esta nueva propuesta, Veda volvió a poner en práctica este saber ancestral y todos los conocimientos que creía perdidos.